Decíamos en nuestra última entrada que para aquellos candidatos que tuvieran dudas sobre el cumplimiento de los requisitos en ambas categorías (AD5 o AD7) el consejo más evidente sería el de elegir la categoría superior (AD7), ya que es posible la posterior reubicación en AD5, lo cual no es posible en el sentido inverso.
No obstante, los candidatos deben tener en cuenta otras cuestiones (aunque no estamos seguros de que la propia EPSO las haya tenido en cuenta a la hora de redactar la convocatoria).
El problema fundamental reside en el momento en que van a ser analizadas las candidaturas (y su cumplimiento con los requisitos mínimos exigidos para cada categoría)… lo cual está relacionado con la celebración de una primera fase de test… lo cual está relacionado con el número de candidatos inscritos… lo cual todavía no se puede saber.
Si el número de inscritos fuese inferior al umbral que fijase EPSO, no habría una fase previa de test (los cuales pasarían a formar parte de las pruebas del Assessment Centre) y la oposición comenzaría con una selección en base al Talent Screener que vendría precedida (aunque generalmente se hace de forma simultánea) con un análisis del cumplimiento de los requisitos de todos los opositores inscritos.
En ese caso la reubicación de los candidatos no sería problemática ya que el Talent Screener es prácticamente idéntico en ambas categorías y todos aquellos que han completado las preguntas en AD7 podrían ser evaluados de acuerdo a los criterios de AD5.
La segunda opción es que el número de inscritos sea superior al umbral y que se celebre la fase de test. En ese caso, tan solo las candidaturas de los opositores que superen la nota de corte serán analizadas de acuerdo al Talent Screener y, previamente, de acuerdo al cumplimiento de los requisitos.
En este caso, la reubicación de los candidatos en AD7 que no cumpliesen los requisitos de esa categoría pero sí los de AD5 sí que puede generar algunos problemas, especialmente si la nota de corte de AD7 es superior a la de AD5.
Pongamos un ejemplo: la nota de corte en los test de razonamiento es de 30 puntos en AD5 y de 32 en AD7. Ello quiere decir que tan solo las candidaturas de aquellos que han superado esos 30 o 32 puntos respectivamente serán evaluadas. Aquellos opositores de AD7 que no cumplan los requisitos mínimos podrán ser reubicados en AD5… pero solo si han superado esos 32 puntos.
Algunos inscritos en AD7 que han obtenido entre 30 y 32 puntos pueden sentirse perjudicados, ya que sus candidaturas no van a ser estudiadas y, por lo tanto, la reubicación en AD5 no es posible, aunque su nota sea superior a la nota de corte exigida en esa categoría.
El problema para los candidatos de AD5 puede ser diferente. La reubicación de candidatos de AD7 en AD5 (independientemente de cual sea la nota de corte en cada una de las categorías) se hace, o al menos se ha hecho en el pasado, sin variar la nota de corte de esta última categoría, con lo que el número de opositores que accede a la siguiente fase es mayor del inicialmente previsto haciendo que las siguientes fases sean mucho más competitivas.
De cualquier forma, este no es el problema principal que la reubicación de candidatos puede generar en esta oposición.
Lo que nosotros creemos que va a resultar más problemático es la más que previsible diferencia en el número de inscritos en cada una de las categorías.
Sin exigir ningún tipo de experiencia profesional previa y sin limitar de forma clara el número de titulaciones admitidas, no nos cabe duda de que el número de inscritos en AD5 va a ser mucho más alto que en AD7, donde se exige al menos 6 años de experiencia profesional más o menos relacionada con la auditoría.
Esto hace que, mientras la celebración de una fase de test en la categoría AD5 puede darse casi por descontada, no puede decirse lo mismo de la categoría AD7. Ya hemos dicho que la celebración de esa fase depende de si el número de inscritos supera un determinado umbral… un umbral completamente flexible que EPSO mueve a su antojo dependiendo de la oposición de que se trate (esta es una cuestión de la que ya hemos hablado en anteriores ocasiones).
Si EPSO entiende que el número de candidatos en la categoría AD7 no es lo suficientemente grande, puede saltarse la fase de test… pero esto afectará de forma decisiva a la fase de test en la categoría AD5, que podría retrasar su celebración hasta que EPSO haya comprobado todas las candidaturas en la categoría AD7 y llevado a cabo la eventual reubicación de los candidatos que no cumplieran con los requisitos.
Esto es así, porque la reubicación una vez celebrada la fase de test no sería posible ya que los candidatos de AD7, al no haber llevado a cabo los test en su categoría, no podrían acceder a una fase posterior.
La posibilidad de retrasar todavía más el desarrollo de una oposición que lleva ya más de medio año de retraso, aunque no sea descartable, no es desde luego nada agradable así que EPSO ha podido meterse en un callejón sin salida que le obligue a celebrar la fase de test en ambas categorías independientemente del número de candidatos que se inscriban en la categoría AD7.
Pero para confirmar todo estos «peligros» habrá que esperar al fin del periodo de inscripción…