La semana pasada acabábamos señalando la posibilidad de que el régimen lingüístico utilizado en la oposición para secretarios y personal de oficina y, más concretamente, la inclusión del griego entre los cinco idiomas elegibles como segunda lengua pueda abrir la puerta a reclamaciones no solo de los opositores que se consideren afectados sino, como hemos visto en el pasado, incluso de estados que entiendan que sus nacionales puedan verse perjudicados por la selección.
Es evidente que la mayor variación respecto a oposiciones anteriores es la desaparición del alemán como lengua elegible y es posible que el país que posiblemente se sienta más perjudicado por la selección de idiomas sea Alemania… y ello (paradójicamente) a pesar de que el sistema utilizado, basado en los cinco idiomas más conocidos por los opositores, parecía a todas luces ideado para mantener la posición de privilegio que venía ocupando el alemán en todas las oposiciones anteriores a 2016 (a la vez que servía para contentar a las protestonas Italia y España).
Lo cierto es que a pesar de la “justiciera” derrota del alemán frente al griego, argumentos no le van a faltar a Alemania (y con ella a prácticamente a cualquier opositor) para defender que la preferencia manifestada por los opositores no es una argumento válido por si solo para determinar los idiomas utilizados en una oposición.
Ya señalamos en el artículo anterior que la convocatoria, incluía una “cláusula de salvaguarda” de forma que, independientemente de la selección llevada a cabo por los opositores a través de la declaración de conocimiento de idiomas, EPSO podría modificar dicha selección teniendo en cuenta “la debida consideración de las necesidades de los servicios”. De esta forma, la selección de idiomas no se basaba únicamente en el conocimiento manifestado por los opositores sino que EPSO tenía posteriormente que comparar dicho conocimiento “con las necesidades de los servicios, garantizando así una correspondencia adecuada”.
EPSO decidió finalmente respetar el mismo orden que los opositores dieron a los veinticuatro idiomas elegibles (el cual situaba al griego en quinto lugar por delante del alemán) y no aplicar, por lo tanto, esa denominada “cláusula de salvaguarda”…una decisión comprensible…
…pero que lamentablemente no corresponde a EPSO tomar.
Una vez introducida en la convocatoria esa cláusula no puede ser ignorada y no corresponde a EPSO decidir si la aplica o no. La selección de idiomas tiene dos fases distintas, una basada en el conocimiento de los opositores inscritos y otra en las necesidades de las instituciones o, más concretamente, del personal que lleva a cabo sus funciones en esas instituciones.
EPSO se ha saltado completamente el análisis de esas necesidades… y si no lo ha hecho, tendrá que justificar como ha llegado a la conclusión de que el griego es un idioma más utilizado en las instituciones que el alemán…
…y todo ello, además, después de haber presentado en el pasado multitud de estadísticas y documentación defendiendo justamente lo contrario: que, dejados aparte el inglés y el francés, el alemán era un idioma mucho más utilizado en las instituciones que cualquier otro, no solo que el griego, sino también que el español o el italiano.
Es verdad que en esos casos se hablaba del personal de las instituciones (casi reducido al personal de la Comisión) de forma genérica y que en este caso puede restringirse al uso de idiomas por parte de secretarios y personal de oficina, pero es muy improbable que el régimen lingüístico de estos se distinga demasiado del del resto de personal.
En definitiva, EPSO se ha hecho un harakiri con este nuevo sistema de selección de idiomas que no sería extraño que, tarde o temprano, fuese invalidado por una sentencia del Tribunal de Justicia… otra vez.
La pagina de EPSO no funciona, no puedo validar mi formulario.
¿Alguien sabe de algo?
No hemos identificado un problema generalizado. En ocasiones puede ser que se trate de un problema puntual, por lo que te recomendamos reintentar después de un tiempo, saliendo primero de tu cuenta y volviendo a entrar desde un principio.
Esto es un culebrón en toda regla. Creo que lo hacen para mantener el suspense entre los opositores, para que no nos aburramos… 😉