El viernes pasado, EPSO finalmente comunicó las cinco lenguas que finalmente han sido privilegiadas con la posibilidad de ser elegidas como segunda lengua y, aunque el resultado no ha sorprendido a nadie, mañana hablaremos de algunas cuestiones relacionadas con la selección que sí eran menos predecibles. No obstante, hoy preferimos centrarnos en los problemas surgidos con la apertura de la segunda fase de la inscripción.
En primer lugar, sería necesario que EPSO reconociese que ha habido problemas, hasta el punto que el inicio de la segunda inscripción tuvo que retrasarse un día y medio. Aún más, sería necesario que EPSO reconociese que ha retrasado el plazo de inscripción, porque si uno trata de encontrar alguna noticia o comunicación referente a este punto se dará cuenta que la postura oficial de EPSO es “aquí no ha pasado nada”.
No se trata meramente de la ansiedad que el cambio generó entre los candidatos más “tempraneros”, que quizás pretendían llevar a cabo la inscripción en el primer día del plazo, sino de la inquietud generalizada entre todos los inscritos por recibir información sobre una segunda fase que se utilizaba por primera vez y en la que había cuestiones fundamentales (particularmente los idiomas elegibles como segunda lengua) que podían afectar directamente al desarrollo de la oposición e indirectamente a otros apartados también importantes, como el idioma en el que precisamente se tiene que completar el formulario de esa segunda inscripción.
La aparición de problemas en un proceso de selección en el que participan más de treinta mil opositores desde decenas de países y en donde prácticamente todo el proceso funciona de manera telemática (es decir, a través de internet) es muy comprensible (de hecho, también la semana pasada cientos de organizaciones tuvieron problemas de carácter técnico debido a un virus informático).
Lo que no es comprensible, es que, una vez que surgen esos problemas, el responsable se desentienda de su obligación de informar convenientemente a los afectados, más aún cuando estamos hablando de un organismo público.
El pasado jueves el formulario de la segunda inscripción debería haber estado disponible y, por la razón que sea, no lo estuvo. EPSO debería haber informado a los inscritos o al menos haber publicado algún tipo de comunicación, pero aparentemente no lo consideró necesario. Lo único que hizo fue modificar el inicio del plazo de inscripción, del 11 al 12 de mayo, sin dar ningún tipo de explicaciones ni, por supuesto, disculparse.
Es verdad que el cambio de un día dentro de un plazo de casi tres semanas, puede considerarse una modificación menor, pero la gravedad no viene determinada por su magnitud temporal sino por la falta de transparencia con la que se hace. EPSO ha reducido de facto el periodo de inscripción, lo cual, aunque sea de forma leve, afecta negativamente a los opositores por lo que, si es incapaz de explicar la causa de la modificación, al menos debería ser capaz de disculparse.
El problema es que no existe una regulación apropiada de las oposiciones ni de los derechos de los opositores a la que estos puedan remitirse para llevar a cabo una reclamación cuando se ven afectados por medidas de este tipo. Nosotros consideramos que una cierta flexibilidad dentro de los procesos selectivos es positiva y que no es necesario llegar a una hiperregulación que sirva para bloquear constantemente esos mismos procesos (como sucede en muchas oposiciones nacionales); no obstante, la ausencia de una normativa rígida no implica que los opositores carezcan de derechos.
Ante la ausencia de una normativa más específica, los opositores se ven amparados por los derechos más genéricos que les corresponden como ciudadanos y (como hemos visto ya en múltiples ocasiones), eso derechos son directamente aplicables a los procesos selectivos y en ocasiones son también mucho más exigentes que otras normativas más específicas.
En definitiva, EPSO debería tratar a los opositores con más respeto, si no lo hace por propia convicción que al menos lo haga por prevención jurídica para evitar nuevos bochornos en los tribunales.
No tendrá nada que ver este problema con el ciberataque mundial ¿verdad?
lo habeis escrito muy bien, la postura es aqui no ha pasado nada!. Yo la verdad no quiero personalmente que sean mas rigidas si no mas transparentes, pot ejemplo me fio mas de lo que publicais vosotros que de lo que sale en la web de epso. Espero de todas formas que se quede en la unica «anecdota» de las oposiciones. 1saludo
Ojalá sea la única… 😉