Si la semana pasada hablábamos de los «poco pródigos» resultados de la oposición para técnicos audiovisuales, hoy vamos a hacer referencia a unaoposición donde el comité de evaluación sí que ha cumplido (o casi) las expectativas fijadas en la convocatoria: la oposición EPSO/AD/330/16 para administradores AD7 en el ámbito de la energía nuclear.
En este caso la oposición se dividía en dos perfiles distintos ambos de categoría AD7, uno de ellos dedicado a actividades de inspección relativas a la seguridad nuclear, y otro a actividades legislativas, administrativas, de asesoramiento y de supervisión. El porcentaje de aprobados en cada uno de ellos ha sido el siguiente:
En términos totales el número de aprobados ha sido 34 (enhorabuena a todos ellos), quedando divididos de la siguiente manera:
Ello quiere decir que tan solo ha faltado por cubrirse una de las plazas en el segundo de los perfiles, lo cual (sin ser un resultado óptimo) contrasta con la oposición EPSO/AST/138/16 mencionada en la última entrada.
Es evidente que adquirir la condición de especialista en cualquier ámbito de actividad no es algo sencillo y que tampoco lo es llevar a cabo la evaluación y selección de esos mismos especialistas; no obstante, resulta curioso que EPSO haya sido capaz de encontrar (casi) suficientes candidatos válidos para trabajar como inspectores de seguridad y responsables de políticas en un ámbito tan particular y delicado como el de la energía nuclear, pero no haya podido encontrar técnicos lo suficientemente preparados para hacer funcionar los equipos audiovisuales y de conferencia utilizados en las instituciones europeas.
Es verdad que los comités de evaluación gozan de una gran libertad a la hora de establecer sus propios criterios de evaluación, pero esos criterios tienen que existir, ser justificables y, en la medida de lo posible, hacerse públicos. Las propias instituciones que establecen las necesidades de personal señaladas en la convocatoria son las que deberían exigir algún tipo de justificación por parte del comité de evaluación de cada oposición explicando las dificultades encontradas para cubrir las plazas requeridas, una capacidad que no está claro que en algún momento se molesten en ejercer.