Opositar en tiempos revueltos (II)

Siguiendo con la reflexión de ayer, es justo señalar que la decisión de celebrar o no las pruebas del Assessment Centre no era fácil de tomar y que era necesario tener en cuenta muchas circunstancias, aunque sin duda la principal era la seguridad de los opositores.

No nos cabe duda de que EPSO tuvo en cuenta su seguridad, pero lo que quizás no tuvo en cuenta es su “particularidad”. Es decir, EPSO probablemente consideró a los opositores como a sus propios funcionarios (entre ellos, por cierto, los evaluadores que estuvieron presentes durante las pruebas), sin embargo esa equiparación no resulta del todo acertada.

En primer lugar, los funcionarios europeos viven en la ciudad en que trabajan (o proximidades), mientras que los opositores tienen que desplazarse en la mayoría de los casos desde otros países. Resulta por lo tanto ridículo que EPSO haga referencia a que según las autoridades belgas “no existía ningún riesgo específico contra las instituciones europeas” cuando para llegar a dichas instituciones muchos opositores tienen que pasar por aeropuertos, estaciones de tren o autobús, etc.

Más aún, mientras para los funcionarios un anuncio el domingo por la noche hubiese sido suficiente o incluso preferible (de poco sirve una comunicación el sábado si el domingo puede cambiar la situación repentinamente), para los opositores ese mismo anuncio llega demasiado tarde ya que, como alguno de vosotros ya ha señalado (gracias Yoli por compartir tu experiencia), los opositores que habían sido citados para el lunes por la mañana a esas horas ya habían tenido que llevar a cabo el desplazamiento a Bruselas.

Como ya señalamos ayer, la cuestión temporal es fundamental.

Los candidatos que se desplazaron el sábado o el domingo para llevar a cabo las pruebas el lunes lo hicieron sin tener la confirmación de EPSO de que las pruebas iban a tener lugar… pero también los candidatos que decidieron no viajar (en caso de que hubiese alguno) tuvieron que tomar igualmente su decisión sin saber la postura de EPSO respecto a la declaración de alerta máxima decretada por el gobierno belga.

Es decir, un candidato que no se hubiera presentado a las pruebas podría alegar que la declaración de riesgo “grave e inminente” de atentado terrorista, unida al silencio de EPSO, le hizo dudar de la celebración de las pruebas y de la conveniencia de desplazarse a Bruselas… y solicitar por lo tanto una nueva fecha para llevar a cabo las pruebas.

¿Habrá algún candidato que presente una reclamación como esta? ¿Cuál será en ese caso la respuesta de EPSO? En caso de que la aceptase, ¿podrían considerarse perjudicados los candidatos que sí acudieron en su fecha? En caso de que la denegase, ¿podría llegar la reclamación a instancias superiores?

No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que por “polvos” como estos EPSO se ha quedado otras veces «enlodada» en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

No creemos que este vaya a ser el caso, pero desde luego sí que consideramos que la gestión de la situación podía haber sido mejor.

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